A Fabrizio Cossalter
Es cuantiosa mi deuda con Christopher Domínguez Michael. En mi aún no lejano mozo período universitario, descubrí gracias a mi amigo Jorge Quesada la obra del crítico mexicano. Había hojeado y pasado de largo sus artículos en Letras Libres y por esa razón, el nombre me sonaba. El hallazgo de su producción supuso para mí, zagal inquieto y sin rumbo en el bosque de la literatura, la resolución al conflicto existencial: decidí dedicarme a la crítica literaria.
Con premura identifiqué a los grandes críticos: Johnson, Steiner y Bloom. Bebí a paso de tortuga las Lecciones de los maestros, Anatomía de la influencia, Genios, El canon Occidental, Prefacio a Shakespeare, Cómo leer y por qué; e incluí en la estantería los libros del crítico de Coyoacán, con el propósito de aprender el viejo oficio.
Un par de semanas atrás, me enteré de la reciente publicación del último libro de Domínguez Michael Retrato, personaje y fantasma, por parte de la incipiente y muy florecida editorial Ai Trani a cargo del italiano Fabrizzio Cossalter, en una cuidadosa y amable presentación.
La escritura barroca tan característica de Christopher, es similar a un diálogo surgido una tarde entre amigos animados por la dulzura de un Merlot argentino. Los tres ensayos que componen la disposición de la obra, giran en torno a la biografía: incursiones políticas, datos exóticos (algunos irrelevantes), sus alevosos cómplices y una vasta escritura cotilleada. Para los amantes de las letras, leer a la crítica supone afables descubrimientos sin embargo, en ocasiones, Christopher peca de entrometido en asuntos más bien propios de revistas de telenovela. No obstante su erudición eleva la literatura como conquista espiritual, como apuntó Renato Serra en Examen de Conciencia de un literato (Ai Trani 2015).
Retrato, pretende ilustrar la debilidad del hombre en D’Annuzio escritor, crítico, erotómano y político acompañado de legionarios aventureros dispuestos a conquistar el Fiume. Muestra especial finura en las obras destacadas del italiano. Especialmente en El libro secreto donde aparece la creencia dannunziana en que el genio literario está relacionado con el dispendio económico. Cuando una nación se enriquece por medio de la cultura, aprende a disfrutar de los deleites del espíritu dejando atrás los rastros de frivolidad.
Personaje evoca la figura de Curzio Malaparte, fascista independiente, absoluto disidente del régimen. Domínguez Michael enfoca su atención a las relaciones entre los totalitarios depredadores, a quienes la humanidad les ha pasado factura del desgarre humano, social y moral del pasado siglo. Lectura deliciosa, donde las cuestiones históricas referentes a Muss hacen olvidarnos de las asechanzas actuales. El legado literario de Malaparte es definido por su narrativa crítica hacia la política. Curzio viene a ser un Swiftiano contemporáneo, quien con perniciosa pluma confabula sus ideas contra Mussolini, Hitler y Mao: del amor al odio. Una vida dirigida por el primer impulso, donde el encandilamiento de las novedosas propuestas políticas arrastra al arrepentimiento y a la unión de esfuerzos por derrocar al gigante destructor de sueños.
Finalmente Fantasma es un siniestro ensayo sobre la descarrilada y atormentada vida de Pier Paolo Passolini. Es el único ensayo áspero. Comenzado por la trágica y aún no aclarada muerte del cineasta hasta las continuas alusiones a su homosexualidad. Esta cuestión es tratada con poca delicadeza. Aprovecha para arremeter ofensivamente contra la Iglesia Católica, mirando las cosas desde un cristal completamente sucio. A excepción de este capítulo, todo lo demás es una delicia.
Retrato, personaje y fantasma tríptico de la literatura italiana del siglo xx. Obra escrita desde tan desmenuzada reflexión, con la intención de promover las letras italianas de la pasada centuria. Definitivamente apta para lectores con experiencia.
