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Los árboles mueren de pie


Imagen: Marina

 

El 2017 llegó acarreando una ola de infortunios. Catastróficas crónicas de índole político y social, alebrestaron la amable paz del año pasado. En mi caso, además de lo anterior el nuevo ciclo, salvo El vizconde demediado de Italo Calvino, los proyectos de lectura me defraudaron a más no poder. Sórdida porquería. Libros dejados a la mitad por la escoria de su contenido. No hablaré más de los desgraciados culpables. No obstante, me topé con una insospechada preciosidad en el estante dedicado al teatro de la librería Gandhi de San Luis Potosí: Los árboles mueren de pie.


Hace poco, en México, se estrenó en la gran pantalla Ilusiones SA dirigida por el cineasta Roberto Girault. Me pareció una excelente adaptación a la obra de Casona, sobre todo más completa. Cargada de cándida algarabía, parece no haber sido bien recibida por el gran público; resultado injusto fruto de una pobreza espiritual, enriquecida por producciones hechas para no pensar. Seguimos cayendo en un pozo sin fondo. Donde la estupidez usurpa lo bello. Filmaciones hechas para divertir mientras el público se revuelca en el fango. Preferimos sentarnos a mirar una comedia gringa tejida de guiones color marraón; en lugar de deleitarnos con la graciosa belleza.


Los árboles mueren de pie, es un drama pulcro; donde los protagonistas persiguen una idea: sensibilizar los duros corazones. Mediante simulaciones un grupo de actores pretenden marcar las vidas de sus víctimas. La trama nos dirige a una cándida conclusión: la belleza está en la verdad. La mentira es mera apariencia, pero no es real. Es en lo real donde lo bello tiene su morada. Esto es si somos capaces de mirar con los ojos del alma. Incluso en lo más devastador, hallaremos un destello de la dulce luz.


La historia de Isabel, mujer conocedora del infortunio, antes de quitarse la vida recibe un inesperado obsequio con un mensaje esperanzador: mañana. AL día siguiente se ve envuelta en la consecución del ideal de la causa y se enrola en tan curiosa travesía: será la mujer de Mauricio. Mientras ambos protagonistas se esmeran por actuar enamorados, la fuerza de la verdad los hará caer en tan límpidos brazos.


Los árboles mueren de pie, límpida comedia española, es un llamado a vivir mirando la belleza del ser. El hombre forjado en la virtud, viene a recuperar parte de su condición perdida hace ya mucho tiempo atrás. Antonio Casona ha dejado al mundo dramático una estela de perfume, preparado por esencias propias de los seres humanos.



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