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Cuatro corazones con freno y marcha atrás


Imagen: Casa del libro

 

La inmortalidad, un cartero sin trabajo, un heredero sin herencia y un señorita que no puede ser señora y una señora que quiere volver a ser señorita son algunas de las paradojas que conforman está obra de teatro de Enrique Jardiel Poncela, con un estilo ácido, cómico y actual. Nos transporta a un mundo en el que explora las posibilidades de la inmortalidad. ¿Cuantos de nosotros no nos hemos puesto a reflexionar cómo sería ser inmortal? Jardiel explora esta posibilidad y así como las paradojas que ya he mencionado, la más importante es como a través de la comedia se puede presentar un escenario que, si se analiza fríamente, es aterrador. El amor se muere, al igual que todos los seres queridos, el dinero no alcanza y no se puede permanecer en un mismo lugar para no llamar la atención; siendo eternamente joven también se es eternamente trabajador; algunos problemas que no se piensan al imaginarse inmortal porque de alguna manera reconocemos esa imposibilidad y se queda como mera fantasía; nunca nos ponemos a considerar las consecuencias de una vida sin fin.


Con frases y momentos dramáticos envueltos de comedia y un ambiente bien construido, el lector o el espectador, si es que se ve la puesta en escena, compra la inverosimilitud de la inmortalidad, así como le compra éste supuesto va comprando muchos otros a lo largo de la obra. Si bien es útil para pasar un buen momento, también para un lector un poco más crítico y tal vez más ocioso da rienda suelta a la reflexión. Porque entonces ¿qué pasa con un amor mortal que no se puede acabar, con una descendencia que envejece al contrario de sus protagonistas? Mediante la comedia Enrique pone en duda lo deseable que puede ser la inmortalidad. Pienso que lo que interesante y rico de la vida es conocer su condición de finitud. Tiene un fecha de expiración; no se sabe cuál es y por eso todas nuestras acciones tienen sentido, por qué leer una obra si lo puedo hacer en cualquier otro momento, por qué tener prisa por viajar si las grandes ciudades van a estar ahí y yo con ellas. Aprovechar las oportunidades y ponerse metas tiene sentido con miras a un momento en que dicha meta dejará de ser realizable, si no se hace aquí y ahora quizá mañana sea demasiado tarde, pero esto es irrelevante si se tiene toda la eternidad.


Una comedia con toques escalofriantes y personajes entrañables Cuatro corazones con freno y marcha atrás es una obra cuya grandeza puede extraviarse en las letras universales; vale la pena rescatarla y divulgarla. Una comedia hispana capaz de provocar carcajadas y hacer pensar.

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