Valerio Massimo Manfredi, escritor y arqueólogo italiano, es conocido principalmente por sus libros sobre el mundo antiguo. Siendo uno de mis autores de novela histórica favorito, en esta ocasión escribiremos sobre el título: El imperio de los Dragones, mismo que salió publicado en el 2004. Este libro es más una novela de ficción ambientada en la Roma del siglo III.
Hay que tener en cuenta que algunos personajes históricos coinciden en la época en la que es narrada la historia, sin embargo, los personajes principales son todos ficticios y la historia vertebral es al igual una aventura totalmente inventada y narrada por el autor de manera extraordinaria.
El emperador de los romanos Valeriano es aprendido en una emboscada por el rey del imperio persa. Capturado con su guardia personal de confianza, entre ellos, el general Marco Metelo Aquila. Son llevados como esclavos a una mina en la que solo se ha salido muerto de ahí. Mientras con ilusión de ser liberados, esperan las negociaciones entre los dos grandes imperios enemigos, en el lugar conocen a un personaje clave para sobrevivir: Uxal. A los meses posteriores de mal comer y picar piedra como nunca, muere el emperador por aquellos trabajos forzados y una gran soledad. En ese momento el general con su pequeño ejército escapa de aquel infierno y son conducidos por una cañada hasta que logran escapar.
El emperador antes de morir le había confiado una tarea imposible: volver para restablecer la autoridad del Estado. El general le dio su palabra, pero también sabia que afrontar dicha promesa en una misión ardua significaba casi siempre sacrificar la propia vida. Pero Metelo era un general, un soldado romano y pensaba que la muerte era un mal menor comparado con la pérdida del honor.
Al salir vivos del corazón de Persia, conocen a un comerciante que los contrata como su escolta. En un cruce de fructuosa actividad mercantil, se encuentran con un misterioso personaje que es perseguido de igual manera por el imperio persa. Este individuo de ojos rasgados, es un ser extraño para los romanos en cuanto a fisionomía y costumbres de Occidente, pues viene del imperio Taqin Guo: China.
Recorren un sendero peligroso asechados por enemigos suspicaces: Los Zorros Voladores. En el camino, se dan cuenta que aquel personaje de ojos rasgados no es más que el mismísimo príncipe de aquel imperio que pretende recuperar. Con unos paisajes no antes vistos para Metelo y su guardia, unas costumbres que no logran entender, se van fascinando y maravillando por aquel mundo nuevo.
El contraste de culturas y el choque de tradiciones, son la esencia de este libro que te fascinará por la ligereza y habilidad de sus descripciones. Quizá esta historia sea la unión de las dos más grandes culturas de aquel entonces, y esa alianza, cambiará la historia del mundo para siempre.