top of page

Yo también tengo un sueño


IMAGEN: Anagrama

 

Entre el NAIM, la toma de protesta de AMLO, la falsa muerte de Juan Gabriel, los atentados del River Plate y el tren maya, el tema de la migración ha sido un Trending Topic en redes sociales en las últimas semanas. Francamente me sorprendieron las diversas reacciones anti migrantes de los mexicanos. Inclusive voces agrias, gritaron desde mi familia. No soy un experto en temas migratorios; sólo intento ocuparme de lo que a mí concierne la literatura vista desde el enfoque crítico, la antropología filosófica aplicada, cualquier variante del rock y la música de Gustav Mahler.


Los distribuidores de Anagrama en México, y gracias al apoyo de Lluisa pude tener en mis manos “Yo tuve un sueño”. Desde que Juan Pablo Villalobos fue acreedor al premio Herralde de Novela, hará un par de años, su actividad como escritor consiguió expandirse. Después de “Fiesta en la madriguera” y “No voy a pedirle a nadie que me crea” donde apreciamos la sátira y el humor negro del autor, es posible apreciar un cambio radical en la obra del alteño. Estamos frente a una obra de gran seriedad antropológica y he ahí su gran acierto. Me explico, para poder juzgar prudentemente, la virtud de los gobernantes según Platón, se requiere escuchar las dos campanadas. Si únicamente atendemos a la primera, la visión quedará incompleta y estaremos en desacuerdo con los migrantes. Y sí, representa un problema. Sin embargo, al conocer “la otra cara”, la cosa cambia. Las voces de “Yo tuve un sueño” explican en primera persona el por qué huir de la patria, se trata de un elegir entre la muerte o la violencia. Entre permanecer bajo el yugo de las maras o buscar horizontes más amplios. Alejarse del vicio para aspirar a la virtud.


“Yo tuve un sueño” es una obra a favor del hombre. No es un libro para descansar o para gozar frente a la playa, pues abundan elementos un tanto crudos. Sin importar la postura, a favor o encontrar, de la migración, hemos de estar siempre a favor de la persona. Una vez transformada la mirada encontrando el rostro en el otro, habremos dado un paso hacia una revolución tan aclamada por tantos; pues será una transformación interior.


Hace poco a un amigo mío al hablar del fenómeno migrante, y hacer alusión al párrafo anterior le preguntaron “¿y tú que has hecho al respecto?” Guardó silencio y acto seguido narró un evento acaecido días atrás cuando una migrante se acercó a pedirle dinero. “Señora, de verdad no traigo dinero”. Y era cierto. “Sólo se me ocurrió mirarla a los ojos y brindarle lo que único podía darle. Así que la miré a los ojos y le sonreí. A continuación ella hizo un gesto aún más generoso, me devolvió el gesto dándome todo lo que ella tenía, su sonrisa”.

ARTÍCULOS RECIENTES 

bottom of page